
Emoción, del latín Emovere,
habla de movimiento e impulso;
allí es donde las emociones nos pueden llevar.
Bailan y se manifiestan en una acción
que nos cambia de lugar y de sentir,
más allá del tiempo y la raíz.
Por este motivo los versos de este poemario
ya no hablan de quién soy, sino de quién fui.
No puedo hacer otra cosa, entonces,
que honrar mi antigua voz.
Con pasión y compasión.
Locura y conversaciones internas,
amor bibollo y sus violencias,
dolor del mundo e impotencia,
no-monogamias y ternura
y deseo
y vulnerabilidad
y determinación hecha resistencia.
Se reúnen todas las voces
figurando un salvavidas.